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Comentarios
La Iglesia Católica Romana, continuadora del Imperio, no ha necesitado un ejército propio porque ha tenido buenos "mercenarios" siempre dispuestos a cumplir sus fines. Españoles y portugueses hemos ido por el mundo como paladines de esta "fe", además naturalmente de cómo conquistadores en busca de gloria y botín. Semejante alianza nos ha costado y cuesta muy cara. Y luego los jesuitas, un ejército organizado al servicio del Papa, actualmente salido de sus filas y, en mi opinión, tras su talante tan progresista, absolutamente funesto. Esta iglesia que ha mantenido a sus fieles como un dócil rebaño durante siglos parece ahora de capa caída. Esos poderes en la sombra me parece que le buscan un relevo, pues el nuevo paradigma que están extendiendo, los movimientos LGTBI, el aborto indiscriminado y últimamente hasta la pedofilia, chocan frontalmente con esa moralidad que siempre ha exigido la iglesia.