El 27 de marzo de 2017 se celebró en la Fundación Rafael del Pino la edición anual de las Central Bank Series, centrada en esta ocasión en la polÃtica monetaria en un nuevo escenario económico. En la sesión participaron Charles Evans, presidente de la Reserva Federal de Chicago; Peter Praet, vocal del Comité Directivo del Banco Central Europeo, y Jaime Caruana, presidente del Banco de Pagos Internacionales. El primero en intervenir fue Charles Evans, quien destacó que la inflación en Estados Unidos se encuentra bien encaminada hacia el objetivo de la Reserva Federal del 2%, si bien le preocupa que las expectativas inflacionistas a largo plazo aún están por debajo de ese objetivo. A su juicio, los fundamentales macroeconómicos están fortaleciéndose. El empleo crece con fuerza, lo mismo que la confianza del consumidor y el consumo privado. Solamente la inversión muestra un comportamiento algo decepcionante. No obstante, aún persiste una elevada incertidumbre, más alta que en la salida de otras crisis económicas. En este sentido, apuntó a la desaceleración económica en China. En este contexto, las expectativas de crecimiento de la economÃa estadounidense seguÃan siendo más bajas de lo que muchos desearÃan, si bien el paÃs cuenta con margen para reducir los impuestos a las empresas, lo que permitirÃa mejorar algo dichas expectativas. El problema es que las expectativas a largo plazo también se mantienen más bajas como consecuencia de la demografÃa y del cambio tecnológico. En su opinión, Estados Unidos necesita mayores tasas de crecimiento de la productividad, puesto que la fuerza laboral se reduce. Por lo que se refiere a la polÃtica monetaria, Evans indicó que otras dos nuevas subidas de tipos de interés este año serÃan lo adecuado para fortalecer la economÃa estadounidense, y avanzó que también se esperan incrementos del precio del dinero en 2018 y 2019. Praet, a su vez, inició su intervención indicando que la zona euro no estaba preparada para afrontar el colapso de grandes instituciones bancarias que se produjo al comienzo de la crisis, un periodo en el que los acontecimientos se desarrollaron a gran velocidad. En este contexto, la polÃtica monetaria tuvo que acometer un papel fundamental, si bien las acciones que llevó a cabo el Banco Central Europeo no hubieran tenido éxito de no haber existido otros apoyos. Ahora, en cambio, la zona euro cuenta con un nuevo entramado institucional, aunque todavÃa incompleto, que permite afrontar este tipo de problemas. Ahora bien, la polÃtica monetaria no lleva al equilibrio presupuestario. Aquà tienen que actuar los paÃses para reconducir la situación. Y lo mismo cabe decir por lo que se refiere a las reformas estructurales que necesitan algunos paÃses miembros de la unión monetaria europea. En la zona euro los riesgos se están reduciendo, si bien se corre el peligro de que se frene el proceso de reformas estructurales. La economÃa está recuperándose, aunque el stock de capital todavÃa es bajo. Y un problema añadido es que hay paÃses que se muestran preocupados por la estabilidad de precios a causa de unos tipos de interés tan bajos como los que mantiene el Banco Central Europeo. Jaime Caruana, el último en tomar la palabra, destacó que el principal desafÃo para los bancos centrales en estos momentos es cómo hacer la transición hacia la normalización de la polÃtica monetaria. En este sentido, indicó que todo lo referente a la estabilidad financiera deberÃa integrarse mucho mejor de lo que lo ha estado en el pasado en el marco de polÃtica monetaria. Y también recordó que la experiencia de quantitative easing tiene sus lÃmites y puede correrse el riesgo de que se produzca una sobrecarga. También dijo que los bancos centrales necesitan incorporar mejor sus interacciones con el resto del mundo. En relación con la coyuntura actual, Caruana considera que no se va a producir una gran globalización, debido a las incertidumbres polÃticas y al auge del proteccionismo. Además, los ciclos financieros están volviendo a los mercados emergentes. La normalización de la polÃtica monetaria debe tener en cuenta estos aspectos. También se refirió a los lÃmites de la polÃtica monetaria, que se encuentran en los niveles excesivos de deuda pública y en los problemas relacionados con los sistemas financieros. Aun asÃ, si los bancos centrales no hubieran intervenido durante la crisis, hubiéramos estado ante una gran recesión. Pero es preciso tener en cuenta que el crecimiento rápido del crédito influye sobre el crecimiento real de las economÃas y sobre la evolución de la productividad. La transición hacia la normalización de la polÃtica monetaria se enfrenta al problema de la asimetrÃa a la hora de afrontar los ciclos financieros. Por eso, es importante que el proceso, que ya se ha iniciado, sea gradual a la vez que firme. Lo mejor, en este sentido, serÃa una combinación de polÃticas económicas, en vez de poner tanta carga sobre la polÃtica monetaria, la cual debe incluir los elementos relacionados con potenciales crisis relacionadas con la estabilidad financiera.
Comentarios