P. Basilio Meramo - Sermón del Domingo XVIII despues de Pentecostes - 2021

Los días visión dar solución la voz del otro diseño cristiandad tienda de la frecuencia módulo radio cristiandad sólo la verdad aunque duela santo a dos hermanos en nuestro señor nos encontramos en domingo décimo cabo después de pentecostés y vemos en el pasaje de hoy de san mateo como nuestro señor después de dejar la barca en la que se transportaba y yendo a suciedad caso porque aún vivía normalmente después de su vida su vida pública siendo que había nacido en nazaret pero esto como la ciudad residencia durante su apostolado y por eso se dice en su ciudad no nos pongamos que no es nazaret sino carne fao pues bien un paralítico le dice viendo la fe de los que estaba que ciertamente esperaban también algo nuestro señor le dicen que tenga confianza que sus pecados de serán perdonados no lo chulo le dijo eso para mostrar primero que es más importante el perdón de los pecados y que él tenía el poder de hacer y los aseos y los escribas pensando en su corazón sin decirlo este blog sema claro quién puede perdonar los pecados y no es dios y si le dice al otro tus pecados son perdonados se está dirigiendo dios entonces nuestro señor que conducía a sus pensamientos les dice que es más fácil decir que te tus pecados son perdonados o levántate y anda pues bien para que veáis que el hijo del hombre tiene el poder divino de hacerlo le dice al paralítico que se levanta y se vaya a su casa y el pueblo queda asombrado de ver poder que tenía que consideraban que dios le había dado es evidente que nuestro señor aquí al decirles lo que pensaban por qué pensáis mal ya les estaba diciendo que además de eso sabía perfectamente lo que pensaban eso solamente lo produce saber dios y así lo cura a este paralítico la fe de él y de los que lo trajeron que se pusieron a nuestro señor y nos señora muestra de importancia del perdón de los pecados y de la fe para que podamos ser perdonado los liceos como siempre con encanto de nuestro señor en vez de deducir por lo que rendirse a la evidencia y considerarlo sino como dios por lo menos como un enviado