Es tarde, pero hay dos temas que no puse en el artículo y que creo que son importantes. El primero es la pobreza impermeable a los vaivenes económicos, es decir, la pobreza que, aunque crezca el empleo, aumente el PBI, paguemos la deuda que dejó el macrismo, etc, etc, no cambia su situación. La indigencia o la marginalidad. Puede llegar a variar en términos de mayor/menor contención/consumo, pero no deja de ser estructuralmente pobre sin importar cuánto podamos crecer. Como yo escribo acá en Facebook y muchos me siguen hace años, a veces doy por sentado que compartimos esas diferencias entre pobreza y marginalidad de las que ya he hablado tanto que a veces saco de ciertos textos para no ser redundante. El otro tema es el cuentapropismo, que crece en el mundo y la tendencia es imparable. No sólo porque la industria, aunque logremos desarrollarla, no hará espacio para todos, si no porque hay todo un cambio cultural en un par de generaciones que desean genuinamente no trabajar en relación de dependencia. Son, creo, los más jóvenes, que por cambios culturales tienden a valorar más la independencia y el tiempo propio, y los más grandes, que tienen la legítima sospecha de que ya no encontrarán laburo formal. En este sentido hay que pensar en cómo los cuentapropistas pueden empezar a ser reconocidos como trabajadores, y pensar qué se puede hacer para que quienes se ganan la vida de esa manera, puedan vivir lo mejor posible.
Gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leer mi posteo anterior, e incluso a los que hicieron críticas, los leo atentamente. Hay muchas muy interesantes. Buenas noches!
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