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Comentarios
Ese es el sueño de los economistas liberales, de los neoclásicos y de la economía matemática: el hacer de la economía una ciencia pura que encierre toda la verdad de los hechos económicos, de convertir su disciplina en otra ciencia dura: la física de los mercados... No vayan a ver peligrar su carrera científica y se vean encasillados, como la filosofía, en una práctica literaria inútil más... Si la misma física se debate en términos de probabilidad e incertidumbre, podemos imaginar la esperanza ilusoria de la economía para ser capaz de domar la incertidumbre de la realidad. Las formalizaciones matemáticas pueden resultar muy útiles para aclaraciones intelectuales, pero no se puede aspirar a desentenderse de toda la complejidad propia de la realidad de los hechos social-humanos. Pues a pesar de todo esto la tentación sigue ahí. Y yo creo que es fácil entender por qué: para arrancar la cuestión económica de la esfera política... Baste recordar una vez más la ley de hierro del Estado de Derecho: "el parlamento puede decidir lo que quiera con tal que no perjudique a las corporaciones económicas y financieras". Y el día que alguien ose inmiscuirse ahí... comprobaremos de verdad el funcionamiento del Estado de Derecho (Hay que memorizar ésto bien porque es clave.) Si a esto añadimos que la libertad liberal, en su característica aproximación idealista a la realidad, se empeña en definir al sujeto como esencialmente libre, a todas luces una falacia, para simplemente convencernos (y en gran medida lo ha conseguido) de que todo lo que hacemos y somos, nuestro éxito o fracaso, es fruto de nuestra libre elección, y que, por lo tanto, somos y tenemos lo que merecemos... Ya tienes el cuadro completo. Pero no es todo culpa de economistas o políticos. También nuestra, que nos tragamos con gusto todas las trampas, porque también nos conviene, por que somos también parte de un país beneficiado pese a todo, aunque nos toque la parte baja. (No hay más que echar un vistazo al sextante de Jordi Llacer y ver cómo lo aplauden todos...) La realidad, no nos engañemos, es que la colectividad es muy poco sensible a la realidad del planeta. Mientras corra agua por el grifo gastaremos sin medida... No es sólo una cuestión del interés del poder económico en mantener sus privilegios, o de los economistas y políticos a su servicio, somos también nosotros. ¿acaso nos preocupan las cosas mientras no nos afectan? Nosotros, como ciudadanos de sociedades capitalistas, hemos interiorizado la lógica de acumulación, conseguir estatus pasando por encima de otros, la competencia y la retribución del mercado.., y lo legitimamos. Somos parte activa de la imposibilidad de superar el capitalismo porque está interiorizado dentro de nosotros. Y esa es la verdadera traba. El sistema produce ciertos sujetos o ciudadanos que, aunque critiquen el capitalismo tal como es, tienen un interés intrínseco en que las cosas sigan como están, porque las posibilidades y expectativas de libertad que ofrece, y nos hemos creado, dependen de que funcione. El capitalismo nos provee, a nosotros los "afortunados", de una experiencia de libertad bastante amplia... Ese es el por qué de su hegemonía. Y el deseo, que siempre se mueve hacia la ampliación de esa experiencia, a éstas alturas, contradictoriamente, nos va hundiendo más... Y ahí está el problema de la "revolución". Jamás hemos hecho una revolución que amplie dicha experiencia de libertad y a la vez nos saque de ésta deriva. Las que se han puesto a prueba por el contrario se resuelven en un férreo control, adoctrinamiento, represión, y sobre todas las cosas sacrificios por la revolución muy onerosos para los sujetos. Nada deseable. De ahí su fracaso. Sin deseo todo fracasa. Siempre es mejor una "falsa libertad" que una "verdadera esclavitud"... En esas estamos. La gente no quiere saber de las condiciones estructurales ni los efectos de nuestro modo de vivir. Somos los beneficiarios de un modelo perverso y funcional a una minoría, basado en la explotación del trabajo y la sobreexplotación de los recursos. Estamos atrapados en ésta lógica y en la falsa libertad que nos ofrece. Y a un coste ya inasumible. Por lo tanto, si realmente queremos cambiar las cosas, tenemos que herirnos a nosotros mismos, cambiando radicalmente nuestro estilo de vida. Nada más difícil. Solo cuando no salga agua del grifo, empezaremos en serio a considerarlo. Totalmente interconectados y dependientes, nuestro actuar es demasiado irracional, inconsciente y dañino para el conjunto de la humanidad toda. El Covid lo deja claro. Y no sólo de la humanidad sino de toda la vida en el planeta. Y no hay Moral, ni ningún valor universal a priori, ni Dios, al que podamos apelar para salir de ésta. Es una lucha nuestra, entre nosotros, para tratar de llevar las cosas hacia un lado u otro. Hacia el bien común, de la mayoría, o hacia el que, parece irremediable, vamos. Donde los límites de recursos y de toda índole, el cambio climático, y todo ésto, regulará automáticamente la población mundial, con guerras fascistas, hambrunas, epidemias, inundaciones o sequias... Todos lo vamos a sufrir, los paises más pobres aun más. Aunque aún creo que se podrian alcanzar sociedades mas libres y satisfactorias y sostenibles para todos, también creo que la pregunta va dejando de ser ¿Cuándo se superará la hegemonía capitalista? por esta otra ¿Cuantos millones morirán por nuestra incapacidad de adaptación?
Debate muy interesante, pero debo añadir que cuando declaráis que el modela liberal se basa en matemáticas y la alternativa en experiencia, la verdad es que no es así. La heterodoxia económica está basada en modelos matemáticos mucho más complejos, como los de economistas como Minsky, Keen o Mosler con la misma TMM. Se les está negando el dar su opinión en debates, conferencias etc por lo que comentáis: intereses de clase. Incluso los bancos centrales de manera oficial ya desmienten el papel del dinero, la deuda pública y bancos privados que le otorga la teoría neoliberal... Así que si, podéis tener amigos economistas que no son idiotas...
episodio heavy. too much for me