LIBRO COMPLETO - LARGAS NOCHES DE LLUVIA, de Marc R. Soto - AUDIOLIBRO GRATIS - VOZ HUMANA

Luego oyes es el arpa de hierba que siempre nos cuenta algo nuevo lo sabe todo de la gente de la colina de los que vivieron aquí antes y cuando nosotros estemos muertos también contará nuestra historia el arpa de hierba truman capote largas noches de lluvia de market soto primera parte uno hay quien afirma que toda gran verdad revelada con dolor puede que esto sea cierto y puede que no lo único que yo puedo decir al respecto es que al menos en mi caso no sucedió hace si en alguna ocasión la verdad me fue revelada sucedió una mañana cuando me disponía a atender la colada en el balcón de mi casa y en aquel momento no fue doloroso en absoluto sino sorprendente y reconfortante como encontrarse con un viejo amigo en una ciudad extraña había lavado la ropa en el patio la noche anterior siguiendo las instrucciones que por la tarde carmina graba te hará a regañadientes en una hoja de papel mi esposa había insistido en levantarse y hacer la colada ella misma pero no se lo permite tal y como había dicho el doctor si no guardaba reposo absoluto y tomaba los preparados que les subía de la farmacia su neumonía no tardaría en convertirse en un derrame de pleura y entonces le dije quien la varilla la ropa que arreglaría la casa y preparar la comida naturalmente insistió en que se encontraba mucho mejor ya casi no tenía fiebre y había recuperado parte de su antigua fortaleza fortaleza que de añadir le había ayudado a sacarlos adelante a ya nuestras dos hijas pero aún así me mantuve firme como boticas he presenciado demasiada recaídas fulminantes como para acceder a aquellas alturas en cualquier otra ocasión maite y carolina se habrían ocupado de las labores domésticas pero en aquel mes de marzo de mil novecientos sesenta y siete ninguna estaba con nosotros maite se había casado con un ganadero asturiano el año anterior y carolina la pequeña estaba en londres en casa de adolfo uno de mis antiguos compañeros de estudios no era yo quien debía ocuparse de la colada y así lo dice si bien la vela ropa bien entrada la noche y espere hasta las madrugadas para atenderla una cosa es que un hombre esté dispuesto a desempeñar del trabajo de su mujer y otras que no le importe ser visto por todo el pueblo mientras lo hace de modo que allí estaba yo en el balcón casi totalmente a oscuras con el barrio lleno de sábanas camisas y mudas limpias todavía húmedas a mis pies me disponía a tomar un par de pinzas de la bolsa que llevaba colgada en bandolero cuando la tos de mi mujer hizo que me girar hacia la puerta que daba al dormitorio escucha con atención el carraspeo que la primera semana había sonado como si en vez de flemas se arrancará sapos del pecho se había reducido a una tos seca y casi saludable guarde un segundo y al escuchar el sonido del esputo al golpear el orinal de latón comprendí que carmina saldría adelante era una mujer fuerte por supuesto que saldría adelante gire de nuevo y me incliné sobre el barrio en lo alto del montón de ropa había colocado los sostenes de mi esposa porque quería desprenderme de hechos cuanto antes por alguna razón tocarlos en aquel contexto me producía una vaca aprehensión como si en vez de la ropa interior de carmina fuera la de una sociedad ya había aprendido con la primera pinza el extremo de uno de los tirantes al cordel más exterior cuando escuché como de nuevo mi esposa toshiba en la habitación a continuación pronunciaba mi nombre deje el sostén colgando y entre alarmado al dormitorio una vez allí me encontré con que carmina se había incorporado hasta apoyar la espalda en el cabecero de la cama y me miraba con los ojos brillar