Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
¡Hola Javier! La verdad es que como autónomo no puedo sino sentirme identificado con la historia del buen Silas. Bromas aparte, los relatos de Bierce siempre resultan interesantes y nos llevan al clasicismo de la literatura fantástica moderna. ¡Bien hecho! Un saludo.
No se escucha si me lo descargo
Hola querido amigo, hace mucho que no comento, pero siempre te escucho, éste escritor es uno de mis favoritos, gracias por narrarlo, un fuerte abrazo y hasta el próximo.
Un bonito relato, me ha gustado mucho. Conozco gente del continente asiático, sin anude ofender a nadie por supuesto, que dedica muchas horas , quizás demasiadas, a atender sus negocios, claro que están en su derecho. Un abrazo Javier
Aunque resulte repetitivo un placer escucharte. Un saludo