Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Pienso al musical de terror como una extensión más del género. Así como el cine clásico de Hollywood se dio cuenta de que por medio del cine Clase B, podían abarcar más público y aprovechando cómo es sabido, los decorados de sus películas clase A, así también a actores poco reconocidos y con presupuesto acotado. Tanto así revalidando a obras “olvidadas” o mejor dicho puestas a un margen por la mentalidad neoliberal de aquel entonces. Obras tales como Drácula, Frankenstein, etc. Al musical de terror lo veo como una excusa, entre tantas otras, en la que el cine se ha aprovechado para contar una primer historia fácilmente comprendida por el público en general, con un mensaje simbólico en su segunda historia. Y atrayendo a los admiradores de los musicales hacia el mundo de lo fantástico. Concuerdo en varios aspectos que analizan y discrepo en otros en su minoría. Rescato la observación en que como Hollywood planteaba su mirada y temor hacia la cultura asiática en ese entonces, como sabemos con tanto conflicto bélico entre ambos continentes. Y me viene otra vez a la mente, aunque no siendo un musical, pero que me parece importante destacar, es como en Gremlins de Joe Dante, el personaje del padre del protagonista, adquiere a través de una compra en un negocio asiático, lo que será el símbolo de lo que la mentalidad norteamericana no puede asimilar. Esa otredad, lo fantástico. Y cómo critica aquella mentalidad equivocada, paranoica y pesimista de lo que es su propia cultura, inmersa en un infierno de pequeños monstruos. Sin extenderme más, los felicito a los tres por la charla que pude disfrutar en persona y ahora escuchándolo desde la comodidad de mi hogar. Salud y éxitos.